Treinta años con un psicópata disfrazado de príncipe azul
ME CASÉ CON UN PSICÓPATA
Hola a tod@s,
En este post y en los siguientes os quiero explicar mi vida casada con un psicópata. Es muy complicado para mí hablar de está parte de mi vida. Han sido 30 años que intento olvidar. Es mucho tiempo y son muchas cosas vividas, me vienen a la cabeza continuamente recuerdos de años de entregar amor, esfuerzo y dedicación que fueron recompensados con engaño y sufrimiento.
Resumir tantos años no es fácil, son muchas las historias que contar. Es por eso que en el post de hoy sólo os explicaré como acabé casada con un psicópata. Y las primeras muestras de su verdadera personalidad. El problema es que aunque vi la cara del lobo en bastantes momento, siempre tuve una excusa para justificarle. Tengo por costumbre aceptar a la gente como es y buscar el lado bueno de cada uno.
Mi infancia no ha sido normal como ya os expliqué en el post pasado. Siempre he pensado que era mejor estar sola que estar con alguien que no fuera una pareja con la que pudiera vivir una vida feliz y tranquila. Alguien que tuviera buen carácter, con quien hablar, con quien compartir la vida. No me importa ni su físico ni su dinero, sólo que sea una buena persona.
Recuerdo a muchas de mis amigas buscando un marido con dinero para que las mantuvieran. Cuando salíamos siempre conseguían que les pagasen la cena, la entrada a la discoteca y las copas. Pero yo no soy así. Nunca lo permití, no tenía mucho dinero pero gastaba lo que podía y nada más. Supongo que influía el hecho de que tampoco tenía ningún interés en encontrar marido. Siempre he tenido más amigos que amigas, por lo que para mí es fácil estar con chicos sin esperar nada más que su amistad. Lo que quiero decir es que el dinero no fue nunca mi objetivo. No valgo para ser mujer florero ni ama de casa.
Y justo por eso conocí a mí marido, íbamos al mismo bar y todos nos conocíamos. Y se fijó en que no dejaba que nadie me pagará nada, ni iba detrás de ninguno. En esa época me movía con un grupo de chicos con mucho dinero. Él no era de nuestro grupo de amigos, pero sus amigos y él también iban mucho por este bar de copas y un día empezó hablar conmigo. Nos fuimos viendo cada vez más a menudo y en un par de meses estaba siempre donde yo estuviera. Fue un poco raro todo, había pequeños detalles que hacían encenderse mis alarmas y replantearme si quería estar con una persona así. Pero era un verdadero encantador de serpientes, no me daba tiempo a pensar. En cuanto tenía alguna duda, aparecía con algún detalle increíble para mí.
La primera vez que fui con él a una discoteca que frecuentaba, varias chicas nos abordaron y fue una situación bastante extraña, ya que empezaron a preguntarle que ¿Dónde estaba su novia? ¿Quién era yo?. Me mosqueó mucho lo que estaba pasando, pero me dijo que era un mal entendido, que había estado con una chica un tiempo y que ella había mal interpretado la situación. En fin, que siempre tenía una gran historia para explicarlo todo y deslumbrar. Con su familia también hubo algunas cosas raras, comentarios y situaciones fuera de lugar contra mí. Pero cuando le decía porqué no les había dicho nada, me decía que no les hiciera caso, que estaban todos como una cabra, que los dejara decir lo que quisieran y que luego nosotros a lo nuestro.
Dudé muchas veces de seguir, también me enfade en varías ocasiones por lo machista que era. Se enfadaba por mi manera de vestir, por mis amigos... Complicado para mí que soy feminista, aunque no era tan normal hace 30 años. Pero se disculpaba, decía que lo entendía y que cambiaría. Estaba abrumada por lo atento que era, siempre tenía detalles para mí y me sentía como nunca. Alguien con quien podía contar para todo, nunca me decía que no a nada, siempre era lo primero para él. Muy difícil no caer en sus redes, no creer que estaba ante la persona con la que podía formar una familia, pasar el resto de mi vida. Además mi familia y amigos lo adoraban, estaban encantados con él.
Cuatro meses después estábamos buscando piso. Como nuestro presupuesto era muy bajo, tuvimos que buscar por los alrededores de la ciudad de L'Hospitalet donde habíamos crecido los dos, ya que aquí era imposible que lo pudiéramos pagar. Después de mirar muchos pisos, encontramos uno que nos gustó mucho a los dos así que decidimos dar paga y señal mientras pedíamos la hipoteca al banco. Mi sorpresa llegó cuando al cabo de unos días me dijo que había llamado para cancelar todo lo del piso. Mi cara era un poema ¿Qué había pasado? Pues que cuando dijo en su casa que habíamos cogido un piso nos les pareció bien que lo hiciéramos sin que ellos dieran el visto bueno. Lo habían convencido de que no era una buena idea y no tuvo lo que hay que tener para enfrentarse a la situación, en especial a su padre. Me enfadé tanto por lo ocurrido que lo dejé y le dije que no volviera mientras no fuera un hombre.
Una semana después apareció diciendo que no había podido recuperar el piso porque otra pareja ya había dado la paga y señal, pero había hablado con la inmobiliaria y si nos quedábamos otro piso con ellos ya no perdíamos la paga y señal. Y sin escuchar a mi intuición cedí y buscamos otro piso por la misma zona. Tendría que haberme dado cuenta en ese momento de como era, un cobarde que nunca da la cara que todo lo hace por detrás sin dar la cara.
Él tenía mucha prisa, no quería seguir viviendo en su casa, según decía no los aguantaba. Yo quería que nos fuéramos a vivir juntos, pero sin casarnos. Pero su familia puso el grito en el cielo y él no quería enfrentarse a ellos. Así que un año después me casé y empezó una pesadilla de 30 años.
En el próximo post os contaré como fue vivir con un psicópata.
Saludos y hasta pronto
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